Un informe de la protectora ARCA revela que los perros pequeños son responsables de la mayoría de las mordeduras, aunque estas no se denuncian por ser generalmente leves.
Es común que los ataques de perros grandes se conviertan en noticia, generando preocupación y estigmatización hacia ciertas razas. Sin embargo, ARCA compartió un informe con Infofunes que desafía esta percepción. Según sus datos, no hay evidencia que sugiera que ciertas razas o tamaños de perros sean más propensos a morder. De hecho, más del 70% de las lesiones por mordeduras provienen de perros mestizos, y muchos de ellos pesan menos de 30 kilos.
El informe destaca que «los perros de más de 30 kg no son los que más muerden». Casi el 50% de las lesiones por mordeduras son leves, y generalmente causadas por perros pequeños como caniches, cockers, pekineses, salchichas o mestizos de tamaño reducido. «Es raro ver denuncias en los medios de comunicación sobre un caniche mordiendo los tobillos de alguien», señalan.
ARCA también desmiente que los perros callejeros sean más peligrosos. «El 82% de las mordeduras son causadas por perros con dueño, ya sea en el hogar o en la vía pública. Solo un 18% de los episodios involucran a perros sin hogar», explican. Los perros callejeros, por necesidad de adaptación, suelen acercarse en busca de comida y no para atacar, pues su sociabilidad es clave para su supervivencia.
El informe subraya que «el perro jamás muerde sin razón». Las mordeduras suelen ser reacciones defensivas ante molestias, miedo, competitividad por nuevos miembros en la familia, o situaciones de amamantamiento. La principal causa de agresión es hormonal, especialmente en animales no castrados, por lo que ARCA recomienda la castración como una medida efectiva, junto con políticas de refuerzo del Estado.
Es crucial entender que muchas conductas agresivas en perros son respuestas defensivas y que la intervención humana incorrecta es un factor determinante. La reacción de lucha o huida es una respuesta fisiológica ante la percepción de daño, ataque o amenaza, y no un comportamiento agresivo sin motivo.
Este informe de ARCA insta a una mejor comprensión y manejo de las conductas caninas, promoviendo la responsabilidad de los dueños y políticas adecuadas para prevenir episodios de agresión.
