La serie Adolescencia, disponible en Netflix, expone con crudeza la distancia entre adultos y jóvenes. Siempre hubo diferencias generacionales, pero hoy esa brecha se siente como un abismo. Creemos entender a los adolescentes, pero ¿realmente lo hacemos?
Los símbolos que dicen más de lo que creemos
La historia sigue a Jamie, un adolescente envuelto en un misterio que ni sus padres, ni la psicóloga, ni el detective pueden comprender del todo. Lo interesante es cómo la serie revela que el problema no es lo que se dice, sino lo que no se dice.
En un mundo donde la comunicación es cada vez más rápida, los emojis y stickers tienen significados ocultos que los adultos no logran descifrar. En Adolescencia, esas pequeñas imágenes se convierten en la clave de todo.
El giro inesperado que cambia todo
La serie tiene un plot twist (giro inesperado) impactante: lo que parecía inofensivo cobra un significado aterrador. Es aquí donde la historia recuerda lo recientemente planteado en El fin de la escritura, de Fernando Peirone, un libro que viene generando conversaciones en librerías y círculos de lectura, igual que la serie lo hace en Netflix. Sin ser un fenómeno masivo, su premisa sobre el lenguaje y sus transformaciones resuena en quienes buscan entender los cambios en la comunicación moderna.
Una serie que deja pensando
Adolescencia no es solo un drama juvenil. Es una historia inquietante que nos enfrenta con nuestra incapacidad de comprender ciertos códigos modernos. Ya está disponible en Netflix y es una de esas series que siguen dando vueltas en la cabeza mucho después de haberla visto.