“Tenemos que llevar la IA a las aulas y cambiar el foco de la evaluación”

“Tenemos que llevar la IA a las aulas y cambiar el foco de la evaluación”


Paola Dellepiane, especialista de la UCA, analiza el impacto de la inteligencia artificial en la educación y propone una transformación profunda en la forma de enseñar y evaluar

Nota original realizada por el periodista Alfredo Dillom para Infobae

Explorar, compartir y adaptarse: claves para integrar la IA en la educación

La inteligencia artificial llegó para quedarse, y la escuela no puede quedarse al margen. Así lo sostiene Paola Dellepiane, integrante del Centro de Investigación del Impacto Social y Político de la Inteligencia Artificial en la Universidad Católica Argentina (UCA). Para ella, el desafío no es solo incorporar herramientas tecnológicas, sino repensar profundamente el rol docente, la evaluación y las dinámicas de aula.

“El cambio es constante, y por eso necesitamos espacios de encuentro donde los docentes puedan compartir experiencias y estrategias”, asegura. Para Dellepiane, el trabajo en red es tan importante como la capacitación técnica.

La evaluación como principal foco de inquietud

El gran interrogante que ronda a los docentes gira en torno a cómo evaluar en tiempos de IA. Especialmente en materias ligadas al lenguaje y la producción de textos, las herramientas generativas plantean desafíos inéditos.

“La evaluación por desempeño exige producciones personales, pero a veces los estudiantes entregan trabajos generados por IA. Eso nos obliga a reformular las consignas para garantizar autenticidad”, explica. Y destaca que, aunque se intenten preguntas más profundas, los modelos actuales ya son capaces de simular procesos de razonamiento y ofrecer respuestas reflexivas.

La urgencia de institucionalizar el cambio

Dellepiane subraya que las transformaciones reales no nacen del esfuerzo individual, sino de una planificación institucional clara. Relata su experiencia en una escuela de Santa Fe donde la IA fue eje de una jornada pedagógica con continuidad en el tiempo, lo que permitió a los docentes experimentar, ajustar y compartir resultados.

“Esto no requiere grandes proyectos. Basta con implementar una actividad puntual, evaluarla y generar espacios de reflexión colectiva”, afirma.

¿Tienen futuro las monografías y las tesis?

Con la irrupción de la IA generativa, muchos se preguntan si los trabajos escritos seguirán teniendo valor. La especialista reconoce que los artículos científicos se multiplicaron desde la aparición de ChatGPT, lo que evidencia su uso masivo en la producción académica.

Pero el verdadero desafío no es técnico, sino pedagógico. “Ya no se trata de evaluar si el marco teórico fue bien redactado, sino de indagar en la propuesta del estudiante, sus conclusiones y aportes. Ahí está el diferencial humano”, asegura.

Detectores de IA: ¿aliados o fuente de errores?

Aunque existen herramientas que intentan detectar si un texto fue generado con inteligencia artificial, Dellepiane advierte que aún son poco fiables. En muchos casos, incluso trabajos escritos por docentes fueron marcados como artificiales.

Por eso, propone volver a mirar el proceso: “La coherencia en el estilo de redacción, las inconsistencias y la defensa oral del trabajo pueden revelar más que cualquier detector automático”.

Delegación cognitiva: ¿estamos perdiendo habilidades?

Uno de los conceptos que más preocupa a la especialista es la delegación cognitiva. Desde dejar de memorizar números hasta depender del GPS para orientarnos, Dellepiane advierte que estamos cediendo funciones mentales básicas a la tecnología.

“Ahora muchos estudiantes ni siquiera redactan por sí mismos. Si delegamos la producción de ideas, ¿qué nos queda como humanos?”, se pregunta. Y llama a no perder de vista que estas funciones cognitivas se desarrollan desde la infancia, incluso en el nivel inicial.

Prompt literacy: la nueva alfabetización digital

Saber formular buenos prompts ya es considerado una competencia clave del siglo XXI. Para Dellepiane, esto requiere entrenamiento, conocimiento del contenido y conciencia crítica.

“Organizamos un curso llamado PromptIA donde los docentes aprendieron que una buena instrucción no es algo improvisado”, relata. Y enfatiza: “Para redactar un buen prompt, hay que saber del tema. La IA no reemplaza el conocimiento previo, lo potencia”.

El aula como espacio de experimentación

Frente a un escenario en constante cambio, Paola Dellepiane propone una pedagogía basada en la exploración. Invita a los docentes a animarse a probar, equivocarse y volver a intentar, siempre en diálogo con colegas y con el respaldo institucional.

“La clave está en incorporar la IA en las aulas, pero no de forma pasiva. Se trata de enseñar a pensar con ella, no a pensar por ella”, concluye.


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