Un nuevo capítulo en la preservación histórica
La Quinta de Funes, uno de los sitios de memoria más emblemáticos de la provincia de Santa Fe, comienza a escribir un nuevo capítulo en su historia. A 47 años de su desmantelamiento como centro clandestino de detención y ocho de su expropiación, el gobierno provincial anunció obras de restauración y puesta en valor del predio. Estas incluyen la conservación de los espacios donde estuvieron detenidos desaparecidos entre 1977 y 1978, la construcción de oficinas y la creación de un anfiteatro para actividades culturales y de memoria.
El acto oficial se realizará el próximo 23 de marzo, con la presencia del gobernador Maximiliano Pullaro, en el marco de las actividades previas al Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia. Durante la ceremonia, se presentarán los pliegos para las licitaciones que permitirán iniciar los trabajos en el transcurso del año.
La comunidad como motor de la recuperación
Desde su expropiación en 2017, la Quinta de Funes sufrió abandono, vandalismo e incluso incendios. Sin embargo, en 2024 se conformó una Mesa Promotora integrada por vecinos de Funes y militantes de derechos humanos que impulsó el reclamo para convertir el lugar en un espacio de memoria activa. Este grupo, que desde hace un año trabaja para recuperar el predio, logró el compromiso del gobierno provincial y del municipio, que ahora asumió el mantenimiento del espacio.
“El objetivo es sacar al predio del abandono y convertirlo en un sitio de memoria con actividades permanentes”, explicó Lautaro D’Anna, uno de los integrantes de la Mesa Promotora. “Este lugar debe ser resignificado y utilizado para educar y reflexionar sobre nuestra historia reciente”, agregó.
Un sitio de memoria con impacto histórico
Entre septiembre de 1977 y enero de 1978, la Quinta de Funes fue un centro clandestino de detención bajo la órbita del II Cuerpo del Ejército. A diferencia de otros CCD, no se utilizó para detenciones masivas o torturas sistemáticas, sino como parte de un operativo de inteligencia destinado a infiltrar a la cúpula de Montoneros en México. Conocido como “Operación México”, el plan fracasó y los 17 prisioneros fueron trasladados a otros centros clandestinos, donde finalmente fueron asesinados y desaparecidos.
El predio fue escenario de juicios por delitos de lesa humanidad, y en 2023 el Tribunal Oral Federal 1 de Rosario condenó a 16 ex militares, ex policías y civiles a prisión perpetua. Jaime Dri, único sobreviviente de la Quinta de Funes, brindó testimonio clave en estos procesos. En 2023 participó en actividades con la Mesa Promotora, pero falleció en marzo de 2024 en Panamá, dejando un legado fundamental para la construcción de memoria.
Las intervenciones y el futuro del predio
Las obras anunciadas por la provincia contemplan tres ejes principales. Primero, la conservación del área histórica, incluyendo la casona utilizada por el Ejército, el vestuario junto a la pileta, la imprenta y la casa donde estuvieron detenidos los prisioneros. Segundo, la creación de un anfiteatro para 80 personas en el parque de dos hectáreas, donde se realizarán actividades educativas y culturales. Y tercero, la construcción de oficinas y un espacio de uso múltiple en un galpón anexo, que será reacondicionado para el funcionamiento de distintas iniciativas.
Ramón Verón, ex preso político y director provincial de Memoria Democrática, destacó la importancia de este proyecto: “Es la primera vez que un gobernador visita la Quinta de Funes. Este es un paso clave para rescatar del olvido un sitio fundamental para la memoria de la región”.
Memoria y futuro: una construcción colectiva
La preservación de la Quinta de Funes no es solo un ejercicio de memoria histórica, sino una apuesta al futuro. En un contexto de discursos negacionistas a nivel nacional, la iniciativa provincial marca una diferencia en la política de derechos humanos. “La memoria es un proceso colectivo, no podemos dejar que se pierda. Este lugar es testimonio de lo que ocurrió y debe servir para educar a las nuevas generaciones”, concluyó Verón.
Gracias a la lucha de la comunidad y el compromiso de distintos actores, la Quinta de Funes se encamina a convertirse en un espacio vivo de reflexión, memoria y justicia.