La última batalla del Príncipe de las Tinieblas. A los 76 años, con más de cinco décadas de historia en la música pesada y una lucha incesante contra el Parkinson, Ozzy Osbourne anunció que ya no puede caminar. Sin embargo, el legendario cantante no piensa irse en silencio: en julio, subirá al escenario por última vez con la formación original de Black Sabbath, en un concierto benéfico en Birmingham, la ciudad donde todo comenzó. Será el adiós definitivo del ícono del heavy metal.
Una despedida con sabor a gloria
La histórica reunión de Black Sabbath se dará el próximo 5 de julio en el estadio Villa Park, hogar del Aston Villa, el equipo de fútbol favorito de Ozzy. El show, titulado Back to the Beginning (Vuelta al principio), contará con una grilla de lujo, con bandas como Metallica, Slayer, Pantera, Gojira y Alice in Chains, bajo la dirección musical de Tom Morello (Rage Against The Machine, Audioslave).

“A pesar de todas mis quejas, todavía estoy vivo”, expresó Ozzy en su programa Ozzy’s Boneyard, de SiriusXM. «No puedo caminar, pero he llegado a 2025. Miro hacia atrás y veo que hay gente que no hizo ni la mitad de lo que yo hice y no lo logró».
El deterioro de su salud y la necesidad de un cierre
En una entrevista con The Sun, Sharon Osbourne, su esposa y representante, confirmó el avanzado deterioro físico del cantante. “El Parkinson es una enfermedad progresiva, no es algo que se pueda estabilizar. Ha comprometido sus piernas, pero su voz sigue tan bien como siempre”, afirmó.

Además, en declaraciones a la BBC, ratificó que este show será el punto final: “Ozzy siente que nunca tuvo la oportunidad de despedirse de sus fans. Este será su cierre definitivo”.
Un último intento por volver
A lo largo de los últimos años, Osbourne se sometió a varias cirugías de columna y atravesó tratamientos para frenar el avance de la enfermedad. En 2023, estaba programado para regresar al escenario en el festival Power Trip, pero debió cancelar su participación por problemas médicos.
En noviembre de ese mismo año, en una entrevista con Rolling Stone UK, confesó: “Lo estoy tomando un día a la vez, y si puedo actuar de nuevo, lo haré. Pero ha sido como decir adiós a la mejor relación de mi vida. Al comienzo de mi enfermedad, estaba muy enojado conmigo mismo, con los médicos y con el mundo. Pero con el tiempo, aprendí a aceptar la realidad”.
Un legado eterno
Las ganancias del concierto serán destinadas a la fundación Cure Parkinson’s, al Birmingham Children’s Hospital y al Acorns Children’s Hospice. Más allá de su retiro, el impacto de Ozzy Osbourne en la historia del rock y el heavy metal es imborrable.
El Príncipe de las Tinieblas se despide de los escenarios, pero su legado seguirá resonando en cada riff de Black Sabbath y en la voz de cada fan que alguna vez gritó su nombre.