Jóvenes, pantallas y realidad aumentada: una mirada a la transformación cultural que ya estamos viviendo

Jóvenes, pantallas y realidad aumentada: una mirada a la transformación cultural que ya estamos viviendo


Vivimos tiempos en los que mirar a un grupo de jóvenes absortos en sus celulares dejó de ser una escena extraña para volverse parte del paisaje urbano cotidiano. Los dispositivos táctiles, la realidad aumentada y las aplicaciones móviles ya no son solo herramientas de entretenimiento: están redefiniendo cómo nos relacionamos con el mundo, el conocimiento y entre nosotros mismos.

Hace algunos años, el sociólogo y comunicador Fernando Peirone ya había señalado que esta convivencia entre viejos y nuevos modelos culturales implicaba un choque profundo. Por un lado, está la resistencia a los cambios y, por otro, una transformación silenciosa pero imparable que va delineando un nuevo orden social. Esta reflexión hoy se hace más palpable que nunca.

La realidad aumentada y sus nuevas formas de interacción

La realidad aumentada —esa tecnología que superpone imágenes digitales al entorno físico— ha dejado de ser un concepto remoto para integrarse en juegos, recorridos turísticos y hasta experiencias educativas. Lo que para muchos adultos puede parecer una distracción, para quienes están inmersos en estas nuevas formas de interacción es una manera genuina de aprender, colaborar y crear comunidad.

Además, las habilidades que los niños y adolescentes desarrollan a través del uso cotidiano de pantallas táctiles —desde la motricidad fina hasta la interpretación de mapas digitales— forman parte de un conjunto de saberes que, aunque poco reconocidos en los sistemas tradicionales de educación, se vuelven esenciales en nuestra sociedad hiperconectada.

Un desconcierto con historia y la oportunidad de escuchar

El desconcierto que genera esta realidad no es nuevo. Se puede trazar un paralelismo con épocas pasadas, cuando ciertas prácticas culturales novedosas desafiaron la comprensión de sus contemporáneos. Así como el modo silencioso de leer que sorprendió a los habitantes de la antigüedad, hoy nos cuesta entender lo que sucede detrás de la mirada fija en un celular.

Lo que estamos viendo es el nacimiento de un modelo cultural emergente que, aunque muchas veces invisible para las estructuras dominantes, está moldeando la manera en que las nuevas generaciones experimentan y transforman su entorno. En vez de resistirnos, tal vez sea momento de escuchar y aprender de estas nuevas formas de pensar y actuar.

En definitiva, más que una amenaza o un problema, esta realidad aumentada y sus protagonistas nos invitan a repensar cómo construimos el futuro, con la certeza de que quienes llevan el celular en la mano también tienen en sus dedos las herramientas para reimaginar el mundo.


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