Flavio Briatore criticó a Colapinto tras el GP de España, pero el problema está en Alpine

Flavio Briatore criticó a Colapinto tras el GP de España, pero el problema está en Alpine


Briatore le apunta a Colapinto, pero ¿no será hora de mirar el desastre de Alpine?

Mientras el argentino Franco Colapinto intenta sumar experiencia y kilómetros en la máxima categoría del automovilismo mundial, desde Alpine siguen tirando la pelota afuera. Tras el 15º puesto del joven piloto en el Gran Premio de España, Flavio Briatore volvió a hablar… y otra vez sin hacerse cargo.

El dedo en el piloto, el silencio sobre el auto

“Fue una carrera decepcionante”, dijo Briatore, como si el A525 fuera un auto competitivo y Colapinto el responsable de no llevarlo más allá. Lo cierto es que Alpine no encuentra rumbo: con solo unos pocos puntos en nueve fechas, está en el fondo de la tabla de Constructores. Y si bien Pierre Gasly logró un octavo puesto gracias a una estrategia oportuna con el Safety Car, lo de Colapinto fue remar en dulce de leche.

El argentino largó desde atrás por una falla en la transmisión que lo dejó sin su última vuelta rápida en la clasificación. ¿Responsabilidad del piloto? Ninguna. ¿Palabras de Briatore sobre ese inconveniente? Cero.

Un auto sin alma, y un equipo sin reflejo

Ya lo había demostrado en Mónaco y volvió a quedar claro en Montmeló: el Alpine no tiene ritmo. Es lento en rectas, inestable en curvas lentas y devora neumáticos. Y en ese contexto, Colapinto logró adelantar a Esteban Ocon (Haas) en la última vuelta y avanzar tres posiciones. Poco, sí. ¿Pero cuánto más se puede hacer cuando el auto no responde?

“El equipo necesita reagruparse y redoblar esfuerzos”, admitió Briatore, pero la frase sonó más a una formalidad que a una autocrítica real. Mientras tanto, sigue exponiendo a un piloto que apenas está dando sus primeros pasos en la F1.

Colapinto, con los pies en la tierra

Franco no se escondió. “Fue una carrera difícil, complicada para adelantar”, declaró. Y sumó un dato no menor: el ritmo fue mejor que durante el resto del fin de semana, una señal de que la adaptación sigue en proceso.

También hizo foco en el desgaste de los neumáticos y en lo importante que es la posición en pista, especialmente con autos que no permiten luchar. “Sé que hay margen de mejora de mi parte”, dijo con humildad. Un discurso muy distinto al del empresario italiano, más preocupado por proteger su imagen que por asumir los errores propios.

¿Y ahora?

En dos semanas será el turno del Gran Premio de Canadá, donde Colapinto correrá por primera vez. Lo hará con la misma actitud de siempre: concentrado, autocrítico y con ganas de aprender. Ojalá, esta vez, desde el muro lo acompañen con un poco más de respaldo y menos declaraciones vacías.

Porque si en Alpine hay algo decepcionante, no es Franco. Es todo lo demás.


Volver arriba