El fútbol rosarino vivió una jornada amarga, con la eliminación de sus dos máximos exponentes en competencias internacionales y nacionales. Tanto Rosario Central como Newell’s Old Boys cayeron en sus respectivos torneos, profundizando sus crisis y dejando un sabor amargo entre sus hinchas.
Rosario Central sucumbe ante Fortaleza y queda fuera de la Sudamericana
El Canalla no pudo revertir la desventaja que traía desde Brasil y se despidió de la Copa Sudamericana tras caer 3-1 ante Fortaleza. A pesar de haber comenzado en ventaja gracias a un gol de Facundo Mallo, la alegría duró poco, ya que Juan Manuel Lucero igualó rápidamente para los brasileños. El equipo auriazul, que llegó a este encuentro con un plantel mermado por lesiones, sufrió aún más durante el partido con la salida de Mallo, lo que debilitó su defensa.
La segunda mitad fue un calvario para Central. Fortaleza aprovechó las grietas en el equipo argentino y con goles de Pikachu y Lucas Sasha selló su pase a los cuartos de final, dejando a Central con la sensación de que podría haber llegado más lejos si las circunstancias hubieran sido distintas. El Canalla vuelve a casa con la tristeza de haber estado cerca de una hazaña que finalmente no se concretó.
Newell’s, fuera de la Copa Argentina y en plena crisis
Por su parte, Newell’s sumó otro capítulo oscuro a un año que parece no tener fin en cuanto a decepciones. La Lepra quedó eliminada de la Copa Argentina tras caer por penales ante Central Córdoba de Santiago del Estero, en un partido disputado en San Nicolás que terminó 0-0 en los 90 minutos reglamentarios.
El Rojinegro tuvo sus oportunidades, especialmente en los pies de Matko Miljevic, pero la falta de precisión y un inspirado Luis Ingolotti, arquero de Central Córdoba, que atajó dos penales en la definición, sellaron la eliminación leprosa. Esta derrota se suma a una seguidilla de malos resultados en la Liga Profesional, incluyendo la dolorosa caída en el clásico ante Central.
La crisis en Newell’s se agrava, y el futuro de su técnico, Sebastián Méndez, está más incierto que nunca. Con un plantel que no encuentra respuestas en el campo y un clima enrarecido en el club, la Lepra enfrenta semanas decisivas para revertir un año que parece estar destinado al olvido.
Ambos equipos rosarinos vuelven a la ciudad con la necesidad de reconstruirse y mirar hacia adelante, aunque la cuesta parece cada vez más empinada.
