El presidente de Irán, Ebrahim Raisi, falleció trágicamente en un accidente de helicóptero cerca de la frontera con Azerbaiyán. Raisi, de 63 años y conocido por su línea conservadora, era considerado como un posible sucesor del líder supremo, el ayatolá Alí Jamenei.
El helicóptero en el que viajaba, junto al ministro de Asuntos Exteriores, Hossein Amirabdollahian, se estrelló en terreno montañoso, siendo hallados sus restos carbonizados tras una búsqueda nocturna en condiciones climáticas adversas.
La muerte de Raisi fue confirmada por altos funcionarios iraníes y posteriormente anunciada en un comunicado oficial. El accidente, que ocurrió en la provincia de Azerbaiyán Oriental, aún no tiene una causa oficialmente determinada.
El presidente Raisi, elegido en 2021, había sido reconocido por su postura de endurecimiento en las políticas morales y su mano dura en la represión de protestas antigubernamentales. Su liderazgo había marcado una etapa de tensiones en las negociaciones nucleares con potencias mundiales.
El accidente generó muestras de preocupación y ofrecimientos de ayuda por parte de diversos países, mientras que en Irán se realizaron oraciones por el mandatario fallecido.
El suceso se produce en un momento de disidencia interna en Irán, sumido en diversas crisis políticas, sociales y económicas. La pérdida de Raisi deja un vacío en el liderazgo iraní y plantea interrogantes sobre su sucesión en un contexto de desafíos internos y externos.
