Un cóctel con historia, sabor intenso y espíritu bien nacional. El Ferroviario combina lo clásico con lo actual y se está ganando su lugar en las barras de todo el país.
Se dice que nació cuando la costumbre del vermut se mezcló con la tradición ferroviaria y la llegada de inmigrantes europeos que trajeron sus recetas. Pronto, la fórmula se corrió de boca en boca y empezó a servirse en cantinas, bares de barrio y pulperías cercanas a las estaciones de tren, tanto en Buenos Aires como en muchas localidades del interior. Así se volvió un clásico de sobremesa y un símbolo de encuentro.
Hoy, este trago sencillo y potente resurge en cafés históricos y bares que rescatan las bebidas de época con un toque contemporáneo.
Ingredientes
- 50 ml de vermut rosso
- 10 ml de fernet (o al gusto)
- 40 ml de soda de sifón
- Hielo a gusto
Preparación
- Llenar un vaso de trago alto con hielo.
- Verter la medida de fernet sobre el hielo.
- Añadir dos medidas de soda directamente del sifón.
- Terminar con dos medidas de vermut rosso, vertidas sobre la espuma.
Hay quienes prefieren invertir las proporciones y usar dos medidas de fernet y una de vermut, logrando un sabor más intenso y amargo. Queda a criterio del intérprete de la receta elegir la variante que más le guste.
Para realzar el sabor
- Decorar con una rodaja de naranja o una ramita de menta.
- Si se busca un toque más especiado, unas gotas de amargo de angostura aportan carácter.
El Ferroviario es de esos tragos que nos conectan con otra época y siguen vigentes en la mesa de hoy. Perfecto para acompañar una charla larga o disfrutar de un momento especial, con un gesto que rinde homenaje a nuestra historia popular.