Hace más de 60 años, un grupo de vecinos decidió cambiar para siempre la forma en que Funes se conectaba con el mundo. Así nació Funescoop, la cooperativa de telecomunicaciones que hoy brinda telefonía fija, internet, televisión por cable y servicios de monitoreo, y que se mantiene como un símbolo del poder ciudadano y la identidad local.
Un servicio hecho por y para los vecinos
La historia comienza mucho antes de que llegara la telefonía móvil o la fibra óptica. En 1884, la estación de trenes de Funes contaba con un teléfono para la comunicación entre estaciones, pero ese servicio no alcanzaba a los hogares. Durante décadas, para hacer un llamado había que ir hasta el edificio comunal y coordinar horario y lugar, un sistema limitado que dejaba aislada a gran parte de la comunidad.
En 1962, aprovechando una autorización estatal para que entidades privadas o públicas pudieran prestar el servicio telefónico, un grupo de vecinos decidió tomar la posta. El 21 de octubre de ese año, en una histórica asamblea, nació oficialmente la Cooperativa Telefónica de Funes Ltda., con el objetivo de llevar la comunicación a cada hogar y fortalecer el progreso de la ciudad desde abajo, con la participación directa de sus habitantes.
Crecimiento con identidad funense
Funescoop no solo instaló la primera central telefónica local, sino que también supo adelantarse a su tiempo: fue pionera en conectar la ciudad a la red nacional de telediscado, y en 1997 comenzó a brindar acceso a internet, mucho antes que muchas zonas urbanas.
Hoy, más del 70% de Funes está cubierto por fibra óptica, tecnología que permite ofrecer servicios de calidad y variedad, desde internet de alta velocidad hasta televisión digital. A eso se suman los servicios de monitoreo de alarmas, que desde 2003 brindan seguridad a cientos de hogares.
Esta evolución no fue casualidad. Es fruto de la tenacidad y visión de vecinos que, generación tras generación, trabajan ad honorem en el Consejo de Administración, supervisando y guiando la cooperativa hacia el futuro sin perder su espíritu local.
Un modelo que apuesta al compromiso social
A diferencia de las grandes multinacionales, Funescoop mantiene un vínculo cercano con sus socios y usuarios. Ese lazo se traduce en atención personalizada, tiempo de respuesta ágil y programas que aportan beneficios directos a las familias, como descuentos exclusivos y apoyo a entidades culturales y sociales de la ciudad.
Incluso el tradicional teléfono fijo, casi en desuso en otras ciudades, sigue siendo un emblema en Funes, tanto por nostalgia como por necesidad: la telefonía móvil no siempre funciona bien, y el fijo es una garantía para no perder comunicación.
Además, Funescoop es mucho más que un proveedor: tiene su propio estudio de televisión y produce “Historias de Funes”, un programa con entrevistas a vecinos que forman parte viva de la historia local, un reflejo claro del compromiso cultural y social que sostiene.
Mirando adelante con los pies en la tierra

El desafío es grande: competir con empresas que tienen mucho poder en el mercado no es fácil. Pero la fuerza de Funescoop está en la confianza de su gente, en el compromiso de quienes la conducen y en la idea de que un servicio público gestionado por vecinos puede ofrecer calidad, innovación y cercanía.
La economía puede ser incierta y la tecnología avanza rápido, pero la cooperativa sigue apostando a su crecimiento con la mirada puesta en no perder la impronta que la hace única: ser un patrimonio funense, una herramienta real de empoderamiento comunitario y un motor de progreso pensado desde el territorio.